Camaradas, compañeros callad por unos momentos que yo quiero que brindemos por nuestros viejos guerreros. Por aquellos que en la gesta al enemigo vencieron.

Porque esgrimieron sus espadas como puros Artilleros. Brindemos por los cañones que cruzan en el pecho cristalizando el alma, la lealtad y el derecho por este símbolo eterno, que el horizonte sombrea que es orgullo entre las filas y en el combate presea.

Brindemos por la bandera de altura y negro solemnes, por el asta que altanera al viento su faz sostiene brindemos por nuestro escudo, trozo de historia viviente que sintetiza en sus signos la vida, el deber y la muerte.

Por las mujeres que en la noche sus sueños tranquilos duermen, por el sufrir de las madres que ante Dios nos compadecen, por la esposa que nos ama, por la novia sonriente, démosle un beso a esta copa que el corazón nos enciende.

Por la cruz, por la espada por el apóstol y el héroe por la victoria alcanzada, por el vencido ya inerme, por el laurel de la gloria por el esplendor de la suerte por el calor del combate y por el frío de la muerte.

Por el Soldado que sirve al cañón en la jornada por el hijo de los Dioses que al trueno incesante llama por Júpiter y Neptuno, por Marte, Minerva y Eros levantemos esta copa camaradas Artilleros.